"Dejar una vida. Dinamitar todo. No, no todo: dinamitar el metro cuadrado que uno ocupaba entre la gente. Más bien: dejar sillas vacías en las mesas que se compartían con las amistades, no a modo de metáfora, sino en verdad, dejar una silla, volverse un hueco para los amigos, permitir que el círculo de silencio en torno a uno se ensanche y se llene de especulaciones. Lo que pocos entienden es que uno deja una vida para empezar otra."

— LUISELLI, Valeria, "Los ingrávidos".

«Cuando te conviertes en coleccionista de inicios también puedes corroborar, con precisión casi científica, la poca variabilidad que tienen los finales.»

~ GERBER, Verónica, "Conjunto vacío".

Drummer Robert Wyatt said that the musicians would ask "What key is that in, Syd?", to which Barrett would simply reply "Yeah".

Ponmi le dice a Peso pluma: "Te amo, pero... Que pasa si nuestro Yaya mijo ya, resulta ser un revivan la grasa, o peor aún... Bobby Craft mini mini chaquetas insanas..." Peso pluma le dice a Ponmi mientras le agarra la mano: "La onda expansiva Rubén tuesta catnap descuido verbalase, jamás serán suficientes para que un compa sea un buen compa y nuestro un vídeo ma' mi gente se separen" Pero Ponmi, mirando al piso, los brazos en jarra, le dice "Don pollo... ¿Si o no?"

— KAFKA, Franz, "La Metamorfosis".

Entonces se acercó Palestina. Estaba triste, como si la hubiesen bombardeado los jurios.

Argentina y Bolivia habían tomado cerveza y comido todo el chipá que les convidó Paraguay, que vino a levantar unas paredes y después se fue con el Pomberito y el Gauchito Gil a hacer desastres por ahí.

Palestina lloraba pero con lengüetazos de saliva sanadora, fue paleteada por las latinas hot. La cocalera y la matera. Y terminaron todas haciendo EL DELICIOSO.

Gaturro tuvo una polución nocturna.

Al otro día, se puso a mirar todos mangas yuri y shoujo-ai.

Las noticias ya no eran escritas por humanos, los gobernantes y empresarios dueños de los medios masivos de falsificación se encargaron de echar a sus esbirros escribientes y emplearon la tecnología artificiosa de Skynet para copypastear giladas. Por ejemplo, el ranking de libros top de verano, se lo sacó del culo la recombinación generativa que contamina el ambiente. Los tres primeros libros eran inexistentes.

Puesto número 1: "Erección libertaria" de Javier Milei.

Puesto número 2: "Cien años de putas tristes" de Gabriel García Márquez.

Puesto número 3: "Gaturro, rey de los gazatíes" de Nik.

Puesto número 4: "Sexo. La película" de Alberto Fernández.

Puesto número 5: "Harry Potter y las femiorcos psicobolches" de J. K. Rowling.

Puesto número 6: "Unstopable Incel Revolution" de Donald Trump.

Puesto número 7: "Laberinto de espejos atigrados" de Jorge Luis Borges.

Puesto número 8: "Seymour in the sky with diamonds" de J. D. Salinger.

Puesto número 9: "El infierno pubertario" de Alejandra Pizarnik.

Puesto número 10: "Cuando me enamorou" de Julio Iglesias.

Entonces Bob rompió en llanto y Patricio lo abrazó. Contuvo a la esponja y le dijo "ya, ya" con su voz grave y tontolona. La esponja olía a detergente de limón y la estrella no pudo reprimir una erección. Bob dejó de llorar súbitamente y levantó su mirada buscando la de su ruborizado compañero. Patricio admiró los ojos claros de Bob y sus pestañas femeninas, sus pecas, su rostro cuadrado. "Te voia zele lamol" prometió una voz dominicana autotune con eco dentro del cónico cráneo del rosado estelar. Bob se separó de Patricio, parecía estar en trance. Sin dejar de mirarlo, se fue quitando sus pantalones cuadrados, sus calzoncillos cuadrados... de lejos, se escuchaban los maullidos de Gary. Parecían canturreos macumbas de apareamientos dominicanos. A 100 metros, Calamardo los obserbaba con su clarinete, al que le colocó un vidrio de lupa para improvisar un telescopio. Su alma se quebraba, pues amaba a Bob Esponja secretamente. "¡Ack ack ack!" bramó y comenzó a cortarse los tentáculos con un box cutter para apuñalarse en el corazón.

El hecho de que Sócrates se preocupe tanto por los atenienses sugiere el interrogante de su alejamiento de la vida politica. Aquí Sócrates hace mención de una voz demoníaca que desde niño se le ha hecho oír cada vez que estaba a punto de hacer algo indebido. Esta voz o signo divino es lo que le ha opuesto a que actuara en política. Como el hecho aparece demasiado subjetivo, Sócrates argumenta para demostrar que tampoco en este caso la voz demoníaca se equivocaba. Narra así dos anécdotas en que incursionó o se vio envuelto en política, una durante el régimen democrático y otra durante la tiranía de los Treinta. En ambos casos, por proceder justamente, estuvo a punto de morir. Por eso la voz demoníaca lo había disuadido de actuar en política: su puesto estaba en otro lado, y no habría podido cumplirlo si la hubiese desobedecido, ya que difícilmente habría logrado vivir tantos años si se hubiese dedicado honestamente a la política.

~ PLATÓN, "Apología de Sócrates", pg 153, Editorial Universitaria de Buenos Aires, cuarta edición, diciembre de 1979.

Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que ya no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.

Lo imprescindible era otra cosa.

~ PERI ROSSI, Cristina.