El Maestro Te Shan, quien era un renombrado maestro de Dharma, había escrito un tratado acerca del Sutra de Diamante, y era muy conocido en toda China. Una vez, escuchó hablar sobre la escuela Chan, de quienes se decía que menospreciaban el estudio formal de las escrituras. Entonces, lleno de ira, decidió viajar al sur de China, donde el Chan tenía más seguidores. En su viaje, poco a poco se fue quedando sin recursos, y al llegar a una ciudad donde había un mercado, a media tarde se sintió apremiado por el hambre. Entonces se paró frente al puesto de una mujer que vendía bollos de arroz. Se acercó a la mujer y le dijo que era Te Shan, en viaje hacia el Sur. La mujer sorprendida, porque estaba frente a un famoso maestro de Sutras, le dijo:
"En el Sutra de Diamante se dice que no se puede conseguir la mente del presente, no se puede conseguir la mente del pasado, ni se puede conseguir la mente del futuro, entonces, si me respondes con qué mente vas a comerte estos bollos de arroz, te los regalaré."
El Maestro Te Shan no supo qué responder, y comprendió que la mujer poseía una gran sabiduría, por lo que quemó sus tratados y siguió su viaje para encontrar un maestro Chan que pudiera guiarlo hacia la iluminación.